jueves, 19 de mayo de 2016

Promesa.

Me encontraba absorta, mirando esa espiral grisácea de curvas tan imposibles. Curvas imposibles y fluidas, repletas de matices suaves. Había dejado el cigarrillo en el cenicero, y este sólo se dedicaba a consumirse sólo. Era como un presagio. ''¿El reflejo de la vida?'' Me pregunté hacia mis adentros.

Puedes luchar contra la vida: agarrarte a un clavo ardiente en un acto desesperado del último segundo, cortándote la respiración. Desgarrarte. Quemarte por dentro.
Y puedes arrinconarte en una esquina y llorar. Dejando que la situación te sobrepase e inunde. Ahogarte. Congelarte por dentro.

Te pase lo que te pase. Hagas lo que hagas. Luches o Fracases. Explotes o Congeles. 
Lloros de Alegría o Dolor. No puedes detener el tiempo. No se si llegas a entender hasta que punto la vida es completamente caótica hasta que entiendes esto. La vida personal se encuentra inconexa del paso del tiempo, de la vida en sí. Por esto, a veces tomarse una pausa es peligroso. Tú no sentirás que pasa el tiempo, pero el tiempo pasa. Para todos. Incluso para mí y mi paréntesis eterno.

Me quedo quieta pero el caos no se detiene, y no puedo hacer nada contra él. La vida es puro caos. La vida tiende al caos. Y todo se resume en el caos. Independientemente de lo que hagas. Por eso creo que la vida es como un videojuego muy macabro sin botón de pausa, y todos tenemos un reloj de arena sobre nuestras cabezas que no podemos manipular.

Puestos a nuestra situación, deberíamos escarmentar de nuestros errores y coger ese clavo ardiente. Cualquier cosa es mejor que desaprovechar lo que no tenemos en nuestras manos y nos ha tocado: el tiempo. Agarrar ese maldito reloj y luchar por vivir. En vez de llorar. En vez de la nada,
Cualquier cosa es mejor que la nada, ¿no? Prefiero creer que si que puedo coger ese reloj y poder descansar. Poder soltar un profundo suspiro, de esos que curan el alma, Esto será lo único que me mantenga alejada de esta dejadez constante. Ya basta de tanto vacío.

''Voy a cambiar'' Pensé mientras cogía otra vez ese último y maldito cigarro.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario