Indecisión.
Me siento ya vulnerable, relamiento una herida que aún no se ha sufrido: yo los llamo bloqueos. Emocionales.
Los entiendes, y no eres capaz de pararlos. ¿Por qué?
¿Qué le pasa al mundo? ¿Qué nos pasa a los humanos?
Nos da miedo. Y el medio lleva a la ira: la peor versión de nosotros mismos cobra vida.
Intento convencerme a mi misma para ser valiente, y me pesa un mundo en el pecho.
El aire se me escapa.
Fallo, y vuelvo a intentarlo.
A veces solo parece que pruebe simple suerte, y la meta parece larga: segunda cruz en el pecho. Segundo mundo al corazón.
La sinfonía acaba en un nudo, ¿cómo acabas tú?
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