A veces no se cómo manifestar lo que llevo dentro, lo que siento. Y justo hoy percibo la armonía en la vida: es precioso, culminante; como cuando te embriaga la dulce fragancia del jazmín en una noche de verano, o como levantar la vista al cielo estrellado y sentir la ausencia de preguntas trascendentales e hirientes.
Esa sensación es como unas vacaciones a los problemas, a las dudas, a todo aquello negativo que te quema la vida.
Y es costoso llegar a este punto, pero es lo mejor.
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