viernes, 9 de diciembre de 2016

Eterno.

Cállalo, nunca digas nada.
Nunca reflejes el dolor.
¿Alguna vez has visto un cielo encapotado?
¿Alguna vez has sentido su silencioso pesar? 

Una mezcla de dolor, tristeza y autodestrucción. 

Él lo sufre en silencio.
Súfrelo igual.
Hasta que rompa a llover.
Hasta que te rompas.

Y esto es todo, no hay más. Se nutren del  sinsentido: es su forma de existir. El "crack" a la cordura que sólo busca respuestas en azares enrevesados.

¿Por qué el dolor y la negrura no necesitan razón de ser? 
¿Cómo destruir algo que no tiene origen?
¿Por qué esto no acaba nunca? 

Empiezo a pensar que soy más oscuridad que persona. Más tiniebla que luz. El pincel que pinta de negro las nubes de este cielo.

Y perdura en el tiempo: no veo el día en que se marche y no recuerdo cuando vino. 


¿Siempre estuvo aquí?

¿Siempre estuvo aquí, verdad?

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