lunes, 19 de septiembre de 2016

Patrón de Bucle.

Agárrarme la vida, desgárrame el alma, la garganta, déjame desnuda a desconsuelo. Encierrame entre alas, esas que cortan como el filo de tu mirada ausente, opaca. Hoy seré ejemplo solitario de noches en vela, contemplando la luz, la esperanza, a lo lejos: desde el rincón clausurado a la vida. Desde el desprecio, el desdén.
Hallar la crueldad en busca de misericordia es caer de bruces contra tu triste realidad, la que surje de respirar a tu compás, la danza de nada es lo que parece, la que consume el oxígeno que intento respirar, el suspiro que intento contener.
¿Cuántas veces habré gritado desde el silencio, cuántas veces habré arañado las paredes sin moverme..? Sangrado sin ver el rojo, caído hasta estrellarme sin ningún rasguño.
Que impotencia al no hallar la cura, al no divisar el camino que habría de andar para perderte la pista, para ahogar recuerdos en una última lágrima de cristal, que rompe con el destino y desaparece.
El pasado, pisado, dicen, pero yo no cometo errores ni dejo intacta la piedra con la que tropiezo: es mejor liberarse y lanzarla lejos, desprenderte del bucle.

Te echo de menos, vida.

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