sábado, 5 de noviembre de 2016

Maldita

El desgarro, maldito desgarro: el corazón no entiende de treguas.

Manos atadas, ojos y boca privados del sentido con vendas. ¿A qué lugar espero llegar de esta forma?

Siento mi alma atada a la tuya, y no soy capaz de ver si me estas dejando ir como un globo abandonado en una feria infantil.

Pero me observas, me besas, me mimas.

¿Qué más necesito?

Eres justo lo que buscaba, pero la distancia convierte en nulo mi buen juicio.

¿De dónde saco la fuerza para ser valiente y confiar en que todo irá bien? ¿Dónde están esos cojones que tanto necesito echarle a la vida?

Juraría que mi mente es mi peor cárcel.

Lo sé.

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